SHORELINES, 2024

Obra raíz: Le Voilier, Effet du soir, C. Monet, 1885 

Relectura atmosférica y recontextualización crítica.. 


Shorelines habla de la extraña tranquilidad con la que habitamos el borde del abismo. La pieza construye un espacio donde el peligro es evidente, casi inevitable, pero aparece envuelto en una estética amable, seductora, “de color de rosa”. Esa suavidad no calma: disfraza. La obra señala cómo la cultura contemporánea convierte la amenaza en paisaje cotidiano, algo que miramos sin alarma, incluso con cierta fascinación.

La imagen activa una tensión entre belleza y riesgo. Lo que debería advertirnos nos atrae; lo que debería inquietarnos se vuelve decorativo. Shorelines expone esa lógica perversa en la que el colapso se integra en la normalidad, donde vivir al borde ya no es excepción, sino condición.

En el contexto de The Bluff Society, la pieza funciona como un comentario sobre la anestesia colectiva: la capacidad de seguir adelante mientras todo se inclina hacia el vacío. No dramatiza el abismo; lo normaliza. Y en esa normalización revela la fragilidad de nuestra aparente calma.